En mis clases de Música persigo que se integre el conocimiento musical con la danza. Para ello procuro que el alumno y la alumna, que toca o baila, cante interiormente un ritmo que ha adquirido para su interpretación mediante un análisis teórico y una lectura musical previa y no mediante la imitación (de oído). Así, tocar y bailar se convierten en actividades en las que el alumno y la alumna conoce en todo momento el contenido de los ritmos que ejecuta y por ello, no las realiza por imitación.
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