(Guión: Rick Jatta y Amanda Silver)
(Dirección: Rupert Wyatt)
1
En la Tierra, en el momento actual, un grupo de científicos americanos inocula virus experimentales a simios en busca de una cura para el alzheimer. El resultado de estos experimentos es un Simio dotado de una inteligencia humana. Este Simio engendrado en una laboratorio crece en el seno de una familia de clase media. Por exigencias del guión el Simio ya en su madurez es apartado de su entorno humano y es forzado a vivir en cautiverio con otros individuos de su especie; individuos que carecen de inteligencia humana.
Después de un tiempo el Simio reconoce su especie, y aprende la manera de escapar. Finalmente se fuga para regresar con el virus experimental e inoculárselos a sus compañeros de cautiverio. Después de tan sólo una noche, simples animales de zoológico se transforman y adquieren inteligencia humana. Estos animales dotados de inteligencia humana toman conciencia del yugo que los gobierna y luchan contra su opresores, lo humanos, consiguiendo emanciparse.
2
Los Simios en una noche no sólo se transforman de bestias en seres inteligentes, sino que también adquieren conciencia de clase y, además, la necesidad de emanciparse.
Para que exista la conciencia de clase es necesaria, pero no
suficiente, la inteligencia. La conciencia de clase es producto de la evolución histórica y material de una especie. La ciencia ficción nos permite imaginarnos la posibilidad de que simples bestias se conviertan, de manera simplona, en seres pensantes. Hay que ser consecuentes y respetar los límites de la realidad. Imaginar que seres inteligentes adquieren conciencia de clase de la noche al día no es ciencia ficción; es fantasía.
Arnón López Marrero
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